Impulsividad o espontaneidad
Qué pereza escribir de nuevo en mi blog ...
Qué miedo a la página en blanco ...
Que si escribo algo lo va a leer fulanito ...
Que debería escribir sobre el EMANZIPAJOC ...
Que debería escribir sobre mi verano ...
Que no debería defraudar ...
Qué ...
¡Cállate! ¡Menos escusas y más dejarte llevar por los impulsos!!
No, definitivamente no soy una persona constante, que pueda seguir una rutina.
No, eso no es para mi... ni para una gran parte de la gente.
La verdad es que un blog es muy discreto... ¡¡y muy indiscreto!!
Durante varios años mi blog fue privado, nadie que me conociera en persona sabía que tenía un blog, una nube por ahí perdida. Quería protegerme, proteger mi mente, respetar mi intimidad, no privar mi expresividad. Al cabo del tiempo, esos secretos de adolescente dejaron de ser secretos; no me importaba que cualquiera de mis conocidos leyera lo que escribí hace 3 años al abrir mi corazón y mis sentimientos... y copié la dirección de Mi Nube en mi nick de Messenger.
Hoy me privo al escribir. Escribiría... pero sé que cualquiera de los 200 conocidos que tengo en el messenger pueden leerlo y saber que lo he escrito yo. Una parte de ellos podían darse por aludidos... Otra parte podrían juzgarme a partir de una información parcial... Otra parte podrían conocerme más de lo que me conozco yo y mucho más de lo que me conocen ahora...
Sin embargo aquí sigo... con otro post casi 3 años después.
Con escusas para no escribir... E impulsos para seguir escribiendo.
Porque la espontaneidad es importante en la vida. Nos hace seguir, nos hace reir, nos hace sentir, nos hace soñar... (¡y ser personas!)
3 comentarios
Nicolás -
Anónimo -
xao besos!!
Jango Fett -
Y sobre la espontaneidad es un arma de doble filo, asi que cuidadin con ella. Porque el ser espontaenos muchas veces nos ayuda a conseguir grandes logros, pero otras veces provoca grandes meteduras de pata y puede buscarte problemas.
A mi la espontaneidad me ha provocado ambas cosas, así que te aconsejo que la espontaneidad, vaya siempre acompañada del amigo prudencia.